El gobierno mexicano emitió el año pasado una queja formal ante su contraparte española por la repatriación de ciudadanos mexicanos a la llegada a los aeropuertos de Madrid y Barcelona principalmente. Las repatriaciones eran oficialmente por los siguientes motivos:
1- No presentar una carta invitación de algún ciudadano español, en caso de no contar con reservación en algún hotel.
2- No comprobar recursos suficientes para su estancia, es decir, 577 euros para los primeros nueve días y 64 euros por día adicional.
Cabe resaltar que las detenciones se hacían de manera arbitraria, dado que a los afectados no se les permitía contactar a las autoridades consulares para solicitar ayuda, tampoco les concedían acceso a su equipaje y eran devueltos a México en el siguiente vuelo directo disponible; además, los afectados no fueron indemnizados en forma alguna.
Después de varias negociaciones entre los cancilleres de ambos países se logró, aunque de manera tardía, que se respetarán los derechos consulares de los ciudadanos detenidos y se flexibilizarían las medidas de control. Pese a lo anterior, no existe una cifra oficial y el número de casos ronda entre 300 y 500 el año pasado.
Extraoficialmente, el gobierno español trató de frenar la entrada de latinoamericanos al país, ya que, aun entrando por medios legales, se establecían para buscar trabajo sin contar con la documentación necesaria, aunado a la profunda depresión del mercado laboral español. Dado el contexto, cabe señalar que la mayor parte de mexicanos que emigran a la península ibérica lo hacen por motivos de estudios de posgrado, a diferencia del grueso de migrantes sudamericanos que buscan mejores condiciones de trabajo.
Sin embargo, México ha aplicado estas políticas a nacionales de Colombia, Cuba, Haití y Perú.
Para el caso de Haití, el número de rechazos fue en aumento a partir del mes de julio del año pasado, a pesar de que los ciudadanos de dicha nacionalidad contaban con un permiso previamente expedido por el Instituto Nacional de Migración (INM), a lo que las autoridades mexicanas respondieron que se debió a inconsistencias en la entrevista del filtro migratorio.
En lo que respecta a Colombia y Perú, nuestro país suprimió las visas que solicitaba a los ciudadanos de dichos países, puesto que fue uno de los objetivos de la alianza de integración México-Pacifico. Sin embargo, actualmente se han registrado un alto número de rechazos en aeropuertos, en especial el de la Ciudad de México, de visitantes de ambos países, siendo los colombianos los que cuentan con el mayor número de casos. Sumado a que, según informes de las quejas emitidas ante autoridades de los respectivos países afectados, los nacionales afectados se quejan de malos tratos por parte de personal del INM, así como la negación del derecho de contactar a sus respectivos consulados.
Por último, el caso cubano guarda parecido con los anteriores y hasta la fecha se cuentan poco más de 270 casos en los aeropuertos del país.
Las cancillerías de los países afectados han expresado su inconformidad por distintas instancias y a diferentes niveles para solucionar lo que consideran una vejación por discriminación a sus ciudadanos a la llegada a México.
Valdría la pena señalarles a las autoridades migratorias mexicanas la reflexión de la regla de oro del comportamiento humano: Trata a los demás como quieras ser tratado.
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