domingo, marzo 24

Sin Clase Media


En los tiempos que corren actualmente se percibe con cierta facilidad el problema de la distribución de la riqueza; es una idea relativamente obvia, pero que nadie negaría su verdadera importancia. En la sociedad económica actual, entendida como una línea sobre la cual se acomoda cada individuo por su poder adquisitivo y en cuyos extremos se polarizan los distintos niveles de ingreso, tenemos que en cada punto opuesto está, por un lado, la gente con más ingreso, y en el otro a la gente más pobre. Así, cada extremo repele a su opuesto; el dinero genera mayor acumulación de dinero  y la pobreza genera más pobreza.

En el caso particular de México y según los datos del Banco Mundial, el 10% más rico acapara el 38.7% de la riqueza del país, mientras que el 10% más pobre solamente tiene el 1.8% de la riqueza, con datos al 2008. E incluso el 20% más alto acapara más de la mitad (53.7%) de la riqueza del país. No obstante, el nivel de distribución de la riqueza se entiende con mayor exactitud según el coeficiente de Gini, el cual es de 0.483 para México, mientras que para países como Alemania, Japón y Noruega, tiende a ser cercano a 0.20 y para otros países pobres como Rumania y Nepal es cercano a 0.30.

Otro elemento que ayuda comprender la polarización de clases es el nivel de ingreso. Según los datos de INEGI para el año 2008, el 10% de la población más pobre ingresa un poco más de 6 mil pesos al mes; el 10% que está a la mitad de la sociedad obtiene cerca de 24 mil pesos al mes y el 10% más alto, recibe 133 mil pesos al mes.

Ahondando un poco más en los indicadores que influyen en la determinación de la clase media y según los datos de la OCDE, la productividad laboral de México ha crecido 1.5% en 2012 con respecto al ejercicio anterior. Y desde el 2010, este indicador se ha mantenido en un crecimiento cercano al 1%. No obstante, en el 2008, la productividad cayó 1% y en 2009 cayó 5.1%. La productividad laboral es un indicador relevante debido a que tiene una estrecha relación positiva con los salarios reales y niveles de precios.

Entonces, ¿qué queda en medio de los dos extremos de la línea esbozada en el primer párrafo?, y ¿qué queda para ellos? La respuesta a la primera pregunta es lo que supuestamente se llama clase media y en México (siendo ingenuamente generosos) es aproximadamente el 60% de la población. Lo que responde la segunda pregunta es lo que representa cerca del 41.7% de la riqueza del país. Por tanto, el 60% de la población que está en medio del 20% más rico y del 20% más pobre, debe distribuirse tan solo el 41.75 de lo que se produce en el país.

El párrafo anterior conduce a otras dos preguntas: ¿Por qué es importante la clase media en una economía?, y ¿por qué actualmente parece que está desapareciendo? Posiblemente hay muchas respuestas a la primera; no obstante, son fundamentales dos elementos que están en estrecha relación:

1) Menor nivel de producción.- El menor nivel de producción es causado por a) la creciente acumulación de riqueza por parte de los estratos altos; y b) el ingreso reducido de los estratos bajos. Mientras mayor sea la tasa de acumulación de los estratos altos, la proporción de recursos que vuelve a circular en la economía tiende a ser menor. Y mientras no crezca el nivel de ingreso del sector más bajo, su efecto en la economía es muy pequeño, debido a que su consumo es mínimo.

2) Inestabilidad y aumento de factores de riesgo en una economía.- Esto se explica por la falta de expectativas favorables para invertir en una economía, ya que mientras menor sea la cantidad de población de un país que satisfaga un nivel óptimo de inversión (es decir, que no haya poder adquisitivo que haga aumentar la inversión productiva, o que incluso suceda que disminuya), las inversiones se vuelven más riesgosas y requieren de rendimientos esperados más altos que las satisfagan. Si en el transcurso del tiempo los rendimientos no son los esperados, la inversión productiva tenderá a disminuir.

Para la segunda pregunta, resulta igualmente complejo dar una respuesta exacta; pero sin lugar a dudas es debido a una mezcla de varios factores: a) Falta de eficacia por parte de la política económica; b) Poco control sobre la actividad económica (entendida en su acepción más amplia y global);  c) Baja competitividad productiva de la nueva mano de obra; d) Inseguridad para propiciar la inversión productiva, etc…

Todo lo anterior conduce a una última pregunta: ¿Es posible revertir la situación de la distribución del ingreso en México? Sin duda que es posible, pero como dice el notado Joseph Stiglitz: “lo más probable es que no suceda”.  Al menos los indicadores más importantes del país que muestran la realidad social dicen que esto no va a cambiar pronto.  

Al final del día, el desempleo ha aumentado, la productividad es baja y salarios reales tampoco han crecido.

Sin embargo, ¿quién sabe?, igual y en el futuro resulta posible hacer un cambio radical de la economía y de su distribución de la riqueza. De hecho, corre el rumor de que México es la joya económica del mundo, e incluso le han apodado la “Nueva China”, o el “Tigre Azteca”.

De cualquier modo, para llorar por el dinero, o la falta del mismo, está el teatro y/o en su defecto el Mercado de Lágrimas.

Nota 1: Debe resaltarse la dificultad que presenta el definir en términos exactos lo que comprende la clase media. No hay un parámetro de ingresos o de otro tipo que sea 100% certero. Incluso entre lo que se llama clase media, los niveles de ingresos pueden ser tan diferentes que se podría hacer una nueva subdivisión entre clase media alta y baja.

Nota 2: Existen varios modelos crecimiento que se sustentan en la distribución del ingreso, como por ejemplo, el modelo de crecimiento de Michal Kalecki y el de Nicholas Kaldor. Asimismo, economistas de renombre como Joseph Stiglitz y Paul Krugman hablan sobre la inestabilidad económica generada por la distribución del ingreso.

Nota 3: Los datos pueden variar dependiendo de la fuente que se consulte. 

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