A partir de la tarde del 28 de febrero de este año Joseph Ratzinger anunció formalmente su dimisión como cabeza de la Iglesia Católica, frente a una gran incertidumbre acerca de los alcances y límites de funciones que tendrá su sucesor. Existen varias razones por las que se presume provocaron la renuncia, entre ellas se discuten las que señalan los casos de pederastia encubierta por altos mandos de la Iglesia, pero otra corriente señala los manejos turbios que ha tenido el Instituto de Obras de la Religión (IOR), conocido coloquialmente como Banco del Vaticano.
El IOR funcionó desde sus inicios como una institución privada y adquirió gran poder económico cuando en 1929 recibió una cuantiosa indemnización del Estado italiano con motivo de la pérdida de los antiguos estados papales. El dinero dotó de liquidez al Vaticano, pero cuando en 1962 una ley impuso gravámenes a las utilidades por acciones del Vaticano, el mismo decidió retirar su dinero de Italia, creando cuentas en paraísos fiscales como Las Bahamas.
Uno de los personajes clave dentro del IOR fue Paul Marcinkus, personaje que llegó a ser cardenal y cuya historia se remonta hasta los años de 1950 cuando llego a Roma y fue ascendiendo hasta llegar a ser el director del IOR en 1971. Ya como director del mismo, Marcinkus llego a entablar una relación estrecha con Roberto Calvi, -banquero nacido en el Banco Ambrosiano- Calvi llego a cubrir, en repetidas ocasiones, las pérdidas del IOR –originadas principalmente porque a Marcinkus le gustaba más “jugar” en la Bolsa que en proyectos rentables-Desde aquellos años era un secreto conocido por muchos, el lavado de dinero que la mafia realizaba en ambas instituciones.
El Ambrosiano desapareció tras malos manejos -por cerca de mil millones de dólares en los años ochenta en préstamos a Latinoamérica- y de los cuales el IOR terminó pagando, misteriosamente, casi un cuarto de dicha deuda a los deudores del primero.
Con este trasfondo político-económico, fue que en 1978 llegó a ocupar el trono de San Pedro el papa Albino Luciani, mejor conocido como Juan Pablo I, quien al haber sido arzobispo de Venecia, se sospecha que pudo haberse dado cuenta de lo sucedido en el IOR y que a su llegada a Roma como sumo pontífice haya querido arreglar las irregularidades realizadas en el Instituto. Su final es por todos conocido, su pontificado solamente duró un mes, con las ingentes sospechas de su asesinato y la posterior negación a realizarle una autopsia a su cadáver.
En la actualidad, las finanzas del Vaticano han presentado un déficit en cuatro de los últimos cinco años, a pesar de recibir donaciones por cerca de 70 millones de dólares y de ser un pequeño Estado. Uno de los motivos oficiales de dichos déficits son tanto los altos costos de su “personal”, los gastos en comunicación y las condiciones adversas en el mercado inmobiliario.
Las condiciones de secrecía y discrecionalidad con las que operan las finanzas del Vaticano han hecho que países como Estados Unidos lo incluyan en la lista de Estados “propensos” a tener prácticas de lavado de dinero. Por citar un ejemplo, el banco JP Morgan Chase, está en proceso de cerrar su cuenta en el IOR por carecer de transparencia; se calcula que el monto de la misma ronda los mil millones de euros anuales.
El vaticano, además, maneja un complejo sistema de inversión en el cual se triangula la propiedad y la administración de bienes inmuebles. Su inversión en bienes raíces llega a sumar los 500 millones de libras o casi 9 mil millones de pesos, en países como Inglaterra, Francia y Suiza. A partir del 2009, la unidad de Inteligencia Financiera del Banco de Italia, abrió una investigación girada contra Unicredit y el Banco del Vaticano por, presuntamente, haber lavado dinero por un monto de 218 millones de dólares.
En los últimos días en el Vaticano, el saliente papa Benedicto XVI, designó al también alemán Ernst von Freyberg, como cabeza del banco Vaticano. El banco fue anteriormente dirigido por el italiano Ettore Gotti Tedeschi, quien se dice, fracasó en su intento por mejorar la supervisión del Banco y él acusa dicho fracaso a la presión de altos miembros de la Iglesia para dejar sus investigaciones.
Recientemente, en septiembre del 2010 fueron incautadas dos cuentas por un monto de 30 mdd que manejaba directamente el Banco del Vaticano y ultimas fechas, diciembre del 2012, el banco de Italia prohibió hacer transacciones con otro medio que no fuera el efectivo dentro de la Ciudad del Vaticano, puesto que no llegó a cumplir los estándares de supervisión de actividades financieras, pactados a llevarse a cabo a mas tardar el ultimó dia del año pasado.
Finalmente ha surgido el rumor de que el ex-dirigente del Banco del Vaticano, Ettore Gotti Tedeschi, fue presionado por las autoridades del Vaticano para desistir en el encargo del Papa de sanear las finanzas del IOR. El mismo Ettore vislumbró el peligro al que estaba enfrentado, por lo que inició la redacción de un informe a través del cual se daba cuenta de los manejos de la institución. El dinero sucio involucraba a políticos, intermediarios, constructores y altos funcionarios del Estado, así como mafiosos como Matteo Messina Denaro , quien tenia resguardada buena parte de su fortuna en la institución. Incluso se fraguó una conspiración contra Tedeschi, dado que se instruyó a un “psicoterapeuta” para que realizara un perfil del mismo, con alusiones de “egocentrista y narcisista”, a pesar de que jamás se han entrevistado en persona.
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