Diferentes
encuestas que han estado saliendo a los
medios, sugieren que ningún ciudadano estadounidense, considera que el “cierre
del gobierno” era una medida madura, o aceptable para desmantelar la ley de
salud en Estados Unidos.
Y esta idea se sostiene con gran esmero, hacia el tema de la
deuda pública. Casi ningún americano avala que un bloqueo a la reforma de
sanidad tenga que darse bajo la posibilidad de impedir que suba el techo de
deuda del país vecino.
De acuerdo con la encuesta del pasado miércoles de
CNN ORCPoll, el 51% de los encuestados, señalara con el dedo índice a los
republicanos como principales responsables de las calamidades que ocurran de no
aprobar el nuevo límite de deuda. Junto a este porcentaje, un mismo número de
encuestados aseguró que la mayor prioridad del congreso debe ser aprobar el
mayor endeudamiento para dicho país.
Así las cosas, el crunch de deuda en EEUU está virtualmente por
ocurrir el próximo 17 de octubre, cuando el gobierno se quede sin opciones
legales para pagar sus préstamos concedidos, y sólo le queden unas cuantas
monedas en el flujo de caja.
Los republicanos,
tienen a estas horas, literalmente detenido el presupuesto de 2014 con tal de
detener la reforma sanitaria del presidente Obama, y buscan como nuevo rehén el
límite de endeudamiento, al tiempo que tanto Obama, como los legisladores demócratas,
han asegurado que no aceptaran ninguna negociación bajo estos términos. Una
parálisis política, que amenaza con convertirse en parálisis económica.
Pese a ello, el 38% de los estadounidenses piensa que no
permitir que la deuda crezca, es también algo bueno, cifra de la que están colgados
los republicanos para boicotear cualquier argumento de presión política en sus
esferas. Después de todo, a quien le gusta endeudarse, si no es a los estadounidenses.
En el mercado de renta variable las cosas se han venido en
estampida, deshaciendo posiciones, tirando todos los benchmark que conocemos, y
sacudiendo a todos los portafolios, logrando oportunidades de trading sólo en
el corto plazo. Y muy difíciles de observar en el momento oportuno.
En los últimos 15 días, sólo el miércoles 25 de septiembre,
y el martes 2 de octubre, logramos ver luz verde en los mercados, tomando
rallys momentáneos que después se deshicieron con el pasar del calendario. En pocas
palabras la incertidumbre mino el campo de las inversiones. Pero las cosas en
renta variable, de hecho, suelen ser exageradas, y ante la posible prolongación
del estímulo monetario que otorga la Reserva Federal de EEUU mes a mes, suena difícil
esperar que el mercado a plenitud se diluya.
De hecho, el punto de mayor apoyo para poder ver como se está
tomando las cosas el mercado, no es tanto la renta variable como la renta fija,
en donde el capital no está peregrinando, y parece bastante confiado a que
Estados Unidos terminará por resolver su problema político.
Cómo puede apreciarse en el anterior gráfico, pese a que
renta variable ha deshecho los avances auspiciados por Ben Bernanke del 18 de
septiembre, la curva de plazos de Estados Unidos, tiene una posición mucho más
relajada que nunca, cuando se había visto fuertemente estresada por el problema
del tapering desde mayo, ahora, en octubre, con pleno cierre de gobierno, y una
posible sacudida por el cese de pagos de Estados Unidos, parecen ni pestañear.
Lo que de facto se observa, cuando uno ve el movimiento de
la curva, es que los niveles de riesgo asociados a un posible default, están pasando
esquivamente, dentro de las carteras más conservadoras, ¿porqué?, porque nadie
espera que realmente Estados Unidos vaya a entrar en suspensión de pagos, e
incluso, de ser así, el default no sería interpretado como un problema de
cuestión económica, sino política, que tarde o temprano, uno u otro mes, tendrá
que resolverse. Lo que arroja una oportunidad para comprar ahora. Razón por la que
ha caído el rendimiento de los bonos del tesoro.
Ahora, el cese de pagos por parte de la economía más grande
del mundo, no tiene precedente histórico alguno del que podamos fiarnos para
pensar que el mercado seguirá comprando bonos del tesoro, aún si EEUU deja de
pagar sus obligaciones financieras, pero la posición de la curva, poco nos hace pensar que en realidad
exista un crunch financiero.
Al margen, si observamos un poco la historia reciente de
EEUU, desde que ha estado combatiendo el rezago de la crisis 2007-2008, podemos
ver dos eventos similares en el mercado de bonos que mucho opinan sobre con qué
clase de ojos mira el mercado los instrumentos de deuda del país vecino.
El más próximo fue el debate de 2011, cuando Obama, en
turno, peleaba por aprobar así como ahora el techo del límite de deuda, ante
una cámara de republicanos, también desafiante, y un eventual derrumbe fiscal. ¿Qué
hizo el mercado en aquel entonces?, lanzarse por los bonos de Estados Unidos, y
comprarlos hasta poner el rendimiento de los bonos a 10 años en 1.97%, algo
inimaginable de que ocurriese.
No sólo eso, si prolongamos un poco más la gráfica anterior,
veremos la reacción que hubo en agosto de 2011. ¿Qué paso en esa fecha?, una de
las agencias calificadoras, S&P rebajó la calificación de deuda soberana en
el país colindante al norte de triple A (la mejor calificación) a “AA+”, lo que significa un aumento del posible
default (ahora tan tangible), y que debió traducirse como una venta fuerte de
dichos instrumentos, tal cual paso a lo largo de Europa en 2010, y que obligo
al Banco Central Europeo a meter las manos dentro del mercado secundario.
Pues bien, con Estados Unidos, las cosas fueron diferentes,
y el mercado, nuevamente, se devoró los bonos de los americanos, logrando bajar
el rendimiento histórico a 10 años 1.91 punto porcentual. Importándoles poco, o
nada, que existiese un default en la economía que ostenta el dólar.
No sólo eso, los commodities en el mundo empezaron a tener
un rally glorioso, al tiempo que los flujos de capital empezaron a apostar por
economías emergentes, que treparon su crecimiento económico, entre ellos
México, el apetito, revivió por todos lados, y sí, conforme el calendario paso,
al capitolio no le quedo más que aprobar el nuevo techo de deuda, y el mercado,
previsor, y profeta de costumbre, se fue riendo, y consagrado.
En pocas palabras, la deuda de Estados Unidos es la más
segura del planeta, no importa que se diga o se discuta en el capitolio, y al mercado
sólo le importa responder una pregunta que esta lejana a la esfera política de la región: ¿Quién me va a comprar mañana, lo que yo estoy
comprando hoy?, o bien ¿Quién me va a comprar los bonos que yo mantenga en mi
portafolio, cunado decida venderlos? y a esto se responde con que todavía tenemos en la mesa al jugador más grande y más arriesgado
de todos: la Fed. Que no parece irse de esta fiesta, sino hasta
que los republicanos cambien de doctrina de pensamiento, o llegue 2014. Lo primero que suceda.
No hay más, pese a quien le pese, los bonos de Estados Unidos
siguen siendo la única opción de inversión superior cuando las cosas se ponen
feas, y quienes saben, y dominan en ello, son tanto los Chinos como los
Japoneses, quienes sólo esperan la oportunidad para hacerse con más bonos del
tesoro gringo. A la fecha, ambas economías poseen cerca de 2.4 billones de
dólares estadounidenses vía bonos del gobierno, una cantidad que de cualquier
forma, se tendrá que pagar, y no duden que su apetito por papel gubernamental
sigue en pie.
Y esa es la cuestión, cuando todo mundo quiebra, Grecia,
Italia, Portugal, o Lehman and Brothers, todo mundo corre y compra bonos de
Estados Unidos, porque tarde que temprano el país que dio a luz a un
Terminator, un Chuck Norris, un Rambo y hasta un Elvis presley, terminará por
pagar, ya sea que para eso tenga que iniciar una segunda era del rock que le
permita traer todos los dólares necesarios de vuelta a casa, o que tenga que
hipotecar a todo Hollywood. Estados Unidos siempre paga. Y paga, porque posee
la moneda de reserva mundial, posee el dinero, posee el dólar, posee el método.
Así que el problema de default no está en que le pase al
mercado, pero eso no quita, que de suceder, realmente exista un problema serio.
Y es que si el 17 de octubre, no se aprueba el nuevo límite
de deuda, al mes de que de los labios de Barack Obama escuchemos la
palabra Default sucederán distintos
inconvenientes a resolver.
De acuerdo con el Congresional Research Service, ya se ha
establecido un conjunto de prioridades a las que hay que responder con el
dinero que quede en caja, una vez que "no" se apruebe el nuevo techo de endeudamiento: 35 mil millones de dólares (mmd) se irán al pago de
intereses de la deuda; 69 mmd al pago de servicios de salud (el polémico medicare); la
seguridad social recibirá 49 mmd; la defensa o cuerpo militar 10 mmd; educación
pública 12 mmd; al seguro de desempleo irán 20 mmd, y a los contratos y pagos
de defensa legal o sistema de justicia irán
28 mmd, lo que nos sumara un arca de 223 mmd. (Véase cuadro).
Sin embargo, para sólo ese primer
mes, tendremos un déficit de 106 mdd desglosados por los beneficios de
veteranos, las devoluciones de ISR, el salario de los servidores públicos, de
los doctores, científicos, maestros etc. Es decir; para noviembre, de no
aprobar el techo de deuda, el gobierno dejará de pagar sus primeros compromisos en ésta última
cantidad, a la que habrá que ir sumando 330 mmd de impago en cada mes que corra,
generando un boquete fiscal, de proporciones mayúsculas.
Esto supone pensar, que si los
republicanos buscan calmar los niveles de deuda, reduciendo el déficit fiscal
de Obama, sólo podrán hacerlo generando más déficit, que de un medio u otro, tendrá
que pagarse.
¿Al mercado le importa esto?, por
el momento claro que no, porque el posible déficit podría provocar estrés en
los rendimientos de los bonos, lo que infiere a pensar que la Fed seguirá soplando
para animar las cosas, animando la compra de los mismos, y que el rendimiento de
los bonos se aplane a los largo de la curva, saldrán al flote, pero con el
gobierno atado por la vía de deuda, no habrá más que ajustar el déficit por la
vía del gasto. Reduciéndolo.
La contracción tendrá que ser por
proporciones en distintos rubros, y probablemente el 33% venga del gasto discrecional,
como transporte, parques públicos, o incluso el presupuesto de la NASA. Y otro 16% será por el corte de la seguridad
social, pero será insuficiente para ganarle ritmo a la ausencia de pagos, por
lo que finalmente el 12% restante no tendrá que ser más que subiendo impuestos.
Este es un escenario general,
pero habrá que poner más implicaciones. ¿Qué pasa si el gobierno no cumple sus
obligaciones por pago de intereses en noviembre?, el principal generará
intereses,además de una nueva prima de riesgo que tenga que pagar Estados Unidos por el
incumplimiento, (como parece advertir ya aquí la curva de CDS´s), y a su vez,
como el gobierno no puede pedir prestado por la vía de la deuda, la garantía
para no aumentar la pendiente de la cascada de intereses tendrá que venir por
la vía del ingreso estructural, o sea de los impuestos, lo que significa pagar
a costa del futuro crecimiento económico, por dos vías: reduciendo el gasto y aumentando los impuestos, al tiempo que el déficit fiscal aún se sostiene. Es el laberinto del Mino tauro en la Cámara
de Representantes, que engendran lo que quieren destruir.
¿Quién pagará por el default de
la economía más grande del mundo?, no será el mercado, serán los ciudadanos
americanos, y con ellos el mundo, que tendrá que vivir con una demanda
externa débil y aplastada por otros cinco años más.
Así que sí, tal como cuando en 1992
Bill Clinton competía por la presidencia de EEUU contra George H. Bush, y le
espetaba sobre las consecuencias de su política fiscal, sólo habrá un afectado
real que pagará los platos rotos del
congreso de EEUUU: “Es la economía estúpido”.